............................................................................................ Anton S. LaVey
odas las religiones de naturaleza espiritual son invenciones del hombre. Ha creado todo un sistema de dioses sin otra ayuda que la de su cerebro carnal. Solo porque tiene un ego y no puede aceptarlo, ha tenido que exteriorizarlo en un gran artificio espiritual al cual llama “Dios”.
Dios puede hacer todo lo que le está prohibido al hombre, como matar gente, hacer milagros para gratificar su voluntad, ejercer control sin ninguna responsabilidad aparente, etc. Si el hombre necesita tal dios y reconoce a ése dios, entonces está adorando una entidad que ha inventado un cerebro humano . Por lo tanto, ESTÁ ADORANDO AL HOMBRE QUE INVENTÓ A DIOS ¿No es más sensato adorar un dios que él, él mismo, ha creado, conforme a sus propias necesidades emocionales –uno que represente mejor su propio ser físico y carnal que tiene la idea y el poder de inventar un dios antes que nada?
Si el hombre insiste en exteriorizar su propio ser verdadero en la forma de un “Dios”, entonces ¿por qué temer a su propio ser, temiendo a “dios”, por qué alabar su propio ser alabando a “Dios” – ¿por qué permanecer por fuera de Dios PARA PODER INMISCUIRSE EN RITUALES Y CEREMONIAS RELIGIOSAS EN SU NOMBRE?
El hombre necesita del ritual y el dogma, pero ninguna ley establece que sea necesario un dios exteriorizado para poder realizar rituales y ceremonias hechas en el nombre de Dios ¿Podría ser que cuando el hombre cierre el vacío entre sí mismo y su “Dios” vea al demonio del orgullo intentando salir –la personificación misma de Lucifer apareciendo en medio? Ya no puede verse a sí mismo como dos partes, la carnal y la espiritual, sino que las vea surgir como una, y entonces descubra horrorizado que son una sola entidad carnal !Y QUE SIEMPRE FUÉ ASÍ! Entonces, o bien se se odiará a sí mismo hasta la muerte, día tras día –o se regocijará de ser lo que es. Si se odia a sí mismo, buscará nuevos y más complejos caminos espirituales de “iluminación” con la esperanza de poder dividirse otra vez en su búsqueda de “dioses” más fuertes y exteriorizados para que azoten su miserable cáscara corporal. Si se acepta a sí mismo, pero reconoce que el ritual y la ceremonia son los elementos importantes que sus religiones inventadas han utilizado para sustentar su fe en una mentira, entonces que sea EL MISMO TIPO DE RITUAL el que sustentará su fe en la verdad –la manifestación primitiva que le dará conciencia de la sustancia añadida a su propio ser majestuoso.
Cuando toda fe religiosa en mentiras se ha desvanecido, es debido a que el hombre se ha acercado a sí mismo y se ha alejado de “Dios”; y cercano al “Diablo”. Si esto es lo que el Diablo representa, y un hombre vive su vida a la sombra del diablo, con todo el vigor de Satanás moviendo su carne, entonces mejor que escape del cacareo y la critica de quienes se denominan “justos”, o bien permanezca orgullosamente en sus lugares secretos de la tierra y manipule a las masas atontadas a través de su propio poder satánico, hasta el día en que se manifieste en su esplendor proclamando “SOY UN SATANISTA, INCLINAOS, PORQUE SOY LA PERSONIFICACIÓN MAS ALTA DE LA VIDA HUMANA!”.
.............................................................................................( Anton S. LaVey, fargmeto de "La biblia satánica").
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